Cuatro años después de la épica llegada a meta en la MiM de
2009 voy a intentar repetir la experiencia añadiendo unos kilómetros de más. Es
la CSP115 en su segunda edición, este año con 118km es, además, Campeonato de
España de Ultra Trails.
La Marató i Mitja fue la primera carrera de montaña que
hice. Fue en 2006, apenas tres años desde que había empezado a correr. La
aventura que viví en aquella ocasión es difícil que la vuelva a sentir.
Empezaba a descubrir un mundo apasionante de competición y desafío. Desde luego
que con mis modestas marcas tanto la competición como el desafío eran contra mí
mismo, pero no importaba y sigue sin importar.
Este año no quise dejar escapar esta carrera y me apunté al
poco de abrir el plazo. De este modo, el 11 de mayo a las 3.45 de la madrugada
sonaba el despertador y a las 4.30 salía de casa para llegar a tiempo al lugar
de salida de la carrera, en la Universistat Jaume I de Castellón. Dejamos las
bolsas de cambio de ropa de Culla y de meta, pasamos el control de material y
nos dirigimos a los cajones de salida.
Salimos a la par Ramón y yo y vamos trotando con
tranquilidad dando tiempo a que se activen los músculos. Somos alrededor de 2.000 corredores, y el
ambiente es magnífico. Después de unos primeros tramos de asfalto nos dirigimos
a la senda de la cantera, donde la organización ha bifurcado el recorrido para
evitar los grandes tapones de otros años. Así y todo, tenemos unos minutos de
parada hasta que la carrera arranca de nuevo.
La MiM y la CSP coinciden en el recorrido hasta Les Useres,
en el km 34. Mantenemos un ritmo muy tranquilo pensando en dosificar para la
totalidad del recorrido. Pasamos el control de La Pedra y el de la Bassa de les
Oronetes para alcanzar Les Useres. Sin embargo veo que Ramón tiene problemas
para mantener el ritmo a pesar de que lo hemos reducido bastante. Arrastra un
resfriado que le perjudica en su rendimiento. La subida a Les Useres termina
por agotarle y decide abandonar y pasarse a la MiM. No trato de convencerle de lo
contrario porque quedan 84 kilómetros, realmente esto casi ni ha empezado.
Bien, pues afronto a partir de ahora la carrera en solitario
y con muy buenas sensaciones. Según veo días después en las clasificaciones
había entrado en Les Useres en el 251 de un total de 330 corredores. Sin embargo, en la carrera no soy consciente
de la posición. Sé que hemos llevado un ritmo demas
iado lento pero entre la gran cantidad de corredores que se mezclan de la MiM es muy difícil hacerse una idea. La ruta prosigue hasta el siguiente control, San Miquel de Torrecelles, donde, además de alimentos variados, hay incluso servicio de masajes. Me detengo lo justo para rellenar los bidones y salgo de nuevo al camino. En este punto se separan las dos carreras y los de la CSP quedamos prácticamente solos.
Quedan muchos kilómetros por delante: Adzeneta, Benafigos,
Culla, Vistabella, Xodos y Sant Joan, así que me concentro en marcarme
objetivos parciales por cada control. De momento se trata de alcanzar Adzeneta
con el mínimo desgaste. Es en su mayor parte una pista amplia y fácil, tan solo
interrumpida por el cruce de un barranco. La pista vuelve en las cercanías de
Adzeneta y al poco de callejear llego al control de avituallamiento. Cargo agua
y sigo camino por largos tramos de pista suaves y rectilíneos. De vez en cuando
alcanzo algún corredor y le adelanto, pero sigo sin preocuparme de la posición
en carrera.
El siguiente control es el de Benafigos después de una
larguísima etapa de más de dos horas y media. Llegando al control adelanto a
uno de los corredores Tarahumaras que en este momento va caminando. Sin
embargo, luego tan solo llegará una hora detrás de mí, a pesar de las
condiciones de carrera tan diferentes a las que están habituados.
En este control comienza una ligera llovizna sin suponer
ningún contratiempo. Las verdaderas dificultades empiezan ahora, con el
barranco de Culla delante de nosotros. Repongo fuerzas y sin apenas detenerme
más de un minuto continúo el camino hacia el barranco por donde discurre el rio
Monlleó. La bajada es espectacular con las paredes verticales del barranco
frente a mí. Es muy larga y las piernas se resienten, para luego tener que
afrontar el ascenso por una zigzagueante senda por las empinadas laderas.
Finalmente el ascenso se va suavizando y puedo ver al fondo la población de
Culla.
El recibimiento es fantástico. Oigo aplausos y me pregunto
qué ocurre, pero con cada corredor que llega al control es lo mismo. Está todo
el pueblo volcado en la carrera. Aquí está la bolsa de ropa de recambio pero yo
ni la abro. Me tomo el plato de macarrones con tomate, hago unos estiramientos
y después del control aleatorio de material retomo el camino hacía Vistabella.
En medio de la siguiente etapa queda la Ermita de Sant Bertomeu de Boi, donde
podemos reponer líquidos. Vistabella también se ha volcado en la carrera y la
atención es magnífica. Pero aún queda mucho por recorrer y no conviene
detenerse mucho tiempo. El próximo objetivo es Xodos, ya oliendo el
Penyagolosa.
De Xodos ya salimos con algo de frio pero con el ejercicio
recuperamos el calor rápidamente. Ya oscurece y tengo que encender la frontal.
El camino ahora se vuelve muy difícil con muchas irregularidades que impiden
mantener un ritmo de avance constante. Estoy ya bordeando la cara sur del
Penyagolosa, tan solo un control más donde reponer líquidos de nuevo y a por la
meta. Sin embargo esta última etapa se convierte en la más dura de todas. Por
supuesto, el cansancio acumulado influye, pero la senda es bastante complicada,
un constante rompe piernas a lo que hay que añadir que empieza a acumularse
bastante barro por las lluvias y la nieve acumuladas los días anteriores. Por
fin dejo la senda y encaro la pista de subida al último collado antes de la
bajada por el barranc de la Pegunta. A partir de aquí debería ser terreno
conocido puesto que vuelve a coincidir con la MiM, sin embargo la senda está
muy resbaladiza por el barro y complica el avance enormemente. Por fin se
aprecian al fondo las carpas de meta. Dando tropezones y a punto de rodar por
el suelo por la dificultad de apreciar bien el relieve tan solo con la luz de
la frontal, voy superando los últimos cientos de metros hasta dar el último
giro, el último salto y encarar la línea de meta.
Estoy encantado con mis 20h36min. La verdad, llevaba más de
dos horas sin ver el reloj. Finalmente, mi puesto es el 154, casi 100 puestos
ganados respecto de Les Useres. En mi categoría de Veteranos Masculino llego el
25 de un total de 74 llegados a meta.
El autobús espera, apenas tiempo para la imprescindible
ducha donde quitarnos de cuajo gran parte del cansancio junto con la suciedad y
un buen plato de caldo para reponer algo los agotados depósitos del cuerpo. Llegamos
de regreso a Castellón y, después de dejar a un compañero de carrera en su
hotel, cojo la autopista, ya amaneciendo, hacia casa.
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