¡Y ya van cuatro! La primera en 2010 y después vinieron 2011
y 2012, y ahora 2013. Cada una con su tiempo y pequeñas variaciones de
distancia. Este año no ha sido menos y lo he estrenado de nuevo con esta fresquita
ultra trail de enero.
2010 15h23min, general
35 de 77
2011 13h53min,
general 71 de 182, veteranos 20 de 48
2012 14h17min,
general 92 de 224, veteranos 17 de 52
2013 15h22min,
general 114 de 258, veteranos 15 de 41, se alarga en 4km
Coincidimos en la salida Raimundo, Ramón y yo. Nos relajamos
en los primeros tramos y cuando llegamos a Peñas de Guaita el tapón es
impresionante. Pasado este primer escalón continuamos camino sin mayores
pretensiones. Sin embargo Raimundo y yo nos vamos distanciando poco a poco de
Ramón y después de Santo Espíritu se queda atrás definitivamente.
A pesar del tapón alcanzamos Segart con 1h50min. Hemos impuesto un ritmo muy ágil
y nos sentimos cómodos. Subimos la canal del Garbí prácticamente sin aliento y
yo tengo que aflojar la marcha unos momentos para evitar riesgo de calambres.
En la bajada a Serra vuelvo a encontrarme muy bien y voy marcando el ritmo con
facilidad. Por los tramos finales de la senda adelantamos a un corredor con
zapatillas minimalistas. Nos quedamos todos sorprendidos del tremendo esfuerzo
y sufrimiento que supone calzar este tipo de zapatillas en las ultras.
Alcanzamos Serra con un parcial de 1h18min. En este control
se permite recoger los bastones que previamente se han entregado a la
organización. Nosotros no llevamos, así que tras una muy breve parada
suficiente para reponer líquidos y tomar algo de sólidos continuamos camino
hacia la Font del Marianet.
Poco después de pasar la fuente tomamos la variante de este
año que introduce alrededor de 4 km más por el camino que pasa por el Más del
Coronel. El camino se hace realmente largo y el parcial hasta Gátova llega a
3h38min. La ruta vuelve al camino del año pasado un poco antes de Tristán,
donde llegamos bastante tocados. El tiempo está bastante inestable entre el
viento y la lluvia y continuamente tenemos que ir adaptando el cortavientos a
las condiciones.
Después de Tristán hay un tramo de senda por un barranco
bastante cerrado para salir a una pista que nos conducirá por detrás del molino
hacia el collado anterior al pico del Águila para bajar por una senda
directamente a Gátova.
En Gátova nos tomamos un breve descanso de unos quince
minutos. Comemos arroz y reponemos líquidos y antes de enfriarnos continuamos
la ruta. Al salir del pueblo empieza una senda con bastante pendiente que hay
que afrontar con calma. La ruta a partir de ahora alternará tramos de bosque
con restos del incendio del verano pasado. Son zonas grises y negras, cubiertas
enteramente por ceniza y troncos carbonizados.
Avanzamos sobrecogidos por el panorama. Es horrible comparar
la visión del paisaje ennegrecido con el verdor exuberante anterior. No hay
pájaros. Solo silencio.
El tiempo ha cambiado y a Montmayor llegamos con el sol en
pleno. Los kilómetros acumulados empiezan a pasar factura. Sin ninguna
ceremonia continuamos camino hacia Sacañet pero Raimundo empieza a dar señales
de alarma. Aunque mantiene bien el paso en las subidas, a poco que comienzan
los llanos y las bajadas se va retrasando. Retengo el ritmo para no
distanciarme y llegamos casi juntos al control de Sacañet.
En Sacañet hay que vencer las peores tentaciones. En el
exterior ya ha bajado bastante la temperatura. Dentro podemos recuperar fuerzas
con caldo calentito y fruta. También aprovechamos para sacar la ropa de
invierno de la mochila y equiparnos mejor contra el frio. La sensación térmica
se agrava por el cansancio acumulado y el agotamiento de las reservas. Bien,
pronto habrá que estar dispuesto para salir. Pero Raimundo no se ve con ánimos.
Sin estar agotado físicamente, ha perdido completamente la motivación. Él se había
planteado la carrera como un entrenamiento para la UTMB y no ve sentido a
terminarla. Le argumento que justamente es en momentos como este en los que hay
que seguir para no dejarse vencer por el abatimiento. Además, el entrenamiento
mental es tan importante como el físico y seguro que en la UTMB se encontrará
en situaciones por lo menos parecidas y, por supuesto, la mayoría mucho peores.
Bien, su decisión es definitiva así que no pierdo más tiempo
y salgo de camino hacia Canales, el último control antes de meta. Formamos un
pequeño grupo ya que la noche está cerrándose y a nadie le apetece afrontar las
próximas horas en soledad.
Entre volutas de niebla vamos subiendo hacia La Bellida, la
cota máxima del recorrido, con 1.323m. Pronto dejamos atrás la cima y encaramos
el descenso hacia Canales. Apenas paramos un momento y seguimos hacia el
collado de la Salada para coger el barranco de bajada a Andilla. El campanario
de Andilla es un testigo omnipresente de la bajada por el barranco y eterniza el
descenso pero, por fin y después de algunas dudas, acertamos a continuar y
llegamos a Andilla.
Esto ya está resuelto, solo quedan dos kilómetros para la
Pobleta que superamos en un abrir y cerrar de ojos y encaramos el arco de meta.
Ducha calentita, cena rápida y el autobús listo para salir.
A las 12 en casa.
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